Es tiempo de duelo para miles de personas en nuestra sociedad, todos conocemos a alguien que ha fallecido por la pandemia. El abrumador número de fallecidos durante este período con los sistemas sociales colapsados dificultan elaborar la pérdida. Ni siquiera sabemos si tenemos derecho a recibir alivio ni consuelo, porque el impacto es continuo. Cada día fallecen centenares de personas, millares en un corto espacio de tiempo. Cada día tenemos noticias de que 2 o 3 aviones boing 777 se han estrellado en suelo español. Al lado de nuestros hogares con nuestros padres, hermanos, amigos que viajaban en ellos.

Acceso al derecho a llorar la pérdida de tus allegados

No se les pone cara a los fallecidos, tampoco se les da voz a los familiares, son cifras de muchas almas que se han ido sin poder oír ni ver a sus seres queridos. Y los hijos, amigos, esposos no saben qué pasó, cuáles fueron sus últimos pensamientos, sensaciones, sufrimientos o temores. Tal vez tuvieron la preciada mano que acompaña cálida en el momento de partir, el amor y afecto que ayuda a hacer este viaje con paz, no lo sabemos con certeza.
Aunque a ellos no se les ha puesto cara ni voz, están en la atmósfera, que pesa densa y enrarecida por el silencio viscoso de la tragedia. Si tienes un ser querido que ha fallecido sin haber podido acompañarlo tienes tu dolor mezclado en una nube gris que suma mezclada con la de muchas otras pérdidas.
Por eso el duelo es necesario, el duelo consiste en hacer consciente los pensamientos y las emociones, las sensaciones extrañas y desconocidas de muerte por una pandemia y lejos del ser querido. Antes que olvidar o sobrellevar hay que mirar la pérdida, con todo lo que conlleva y durante el  suficiente tiempo para que no derive en traumas y síndromes crónicos que desestructuren nuestras capacidades afectivas, sensoriales y pensativas.

Alto impacto emocional
En tiempos de coronavirus se han abierto canales de asistencia psicológica, cuando podamos levantar un poco la cabeza acudir a un profesional durante un tiempo, alguien con quien vincularnos en un contexto de seguridad y acogimiento incondicional es altamente recomendable. Tengo abierto mi canal online como counselor todos los días para el acompañamiento en este proceso de alto impacto emocional.
Hagamos nuestro duelo para seguir con la vida que nos demanda ahora más esfuerzos que nunca. La fortaleza interna la vamos a necesitar para personas que dependen de nosotros, para seguir viviendo y seguir luchando. Si tienes rabia, tristeza, cambios de humor repentinos o dolor, procura no huir ni evitar, tampoco autoconvencerte de que mañana será mejor. Acoge los estados con toda la paciencia del mundo. Cuando alguien pueda escucharte con respeto y sin juzgarte, puedes explicarle cómo te sientes. Apóyate en tus allegados durante un tiempo, la red de amor es importante, sin exigencias ni reproches. Así se supera el duelo y se restauran los efectos de la pérdida poniendo palabras sinceras, comprensión y aceptación de la realidad.

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